lunes, 5 de mayo de 2008

Snobismo educativo

Escuché por radio una entrevista a una mujer que eligió no mandar a su hijo a ninguna escuela sino educarlo en su casa. Ella misma, con algunas nociones de magisterio que cursó y no terminó, prepara las clases, enseña y examina, antes de que, a fin de año, el estado intervenga y tome la prueba final que promocionará al alumno al siguiente año.
El principal argumento que esgrimió la mamá/docente para haber tomado esta decisión fue el carácter circular de este método: su hijo también le enseña. Contó a modo de ejemplo que gracias a su hijo, hoy de trece años, aprendió a editar videos en formato digital.
La contracara, en sus palabras, es que la escuela tradicional utiliza un método de aprendizaje lineal: los maestros tiran datos, los alumnos repiten, impidiendo el desarrollo normal porque "todos tenemos los conocimientos adentro, sólo hay que saber sacarlos".
No le preguntaron de qué manera podría un alumno conocer la existencia de la Revolución Francesa, de la tabla del nueve, o del Cantar del Mío Cid si, a priori, se le evita todo contacto con un sistema lineal en que un ente diferenciado del alumno (sea un maestro o, por caso, un libro) proporcione esa información.
Durante toda la escolaridad de mi hija en algunas oportunidades me ha parecido que los métodos de enseñanza son anticuados, que no siempre se enseña a investigar primero y formular la teoría después y que muchas veces se desaprovechan las posibilidades que brindan la tecnología y la literatura tradicional. Y yo sí creo en el valor de la acumulación de datos, al menos en algunas materias. Pero jamás se me hubiera ocurrido que fuera mejor para nadie evitar la escuela en lugar de tratar de mejorarla.
La entrevistada no contó de qué manera un chico que no concurre a clases aprende a socializar con sus pares si no ha compartido nunca un recreo, un raspón en las rodillas, una penitencia o un paquete de galletitas. Y también me quedé con las ganas de saber cómo se reemplaza la noción de autoridad, porque, mal que les pese a los anarquistas, la verticalidad existe, aún después de la graduación.
En definitiva, la escolaridad en casa me parece una estupidez. Pero es sólo mi opinión.

30 comentarios:

jorge gómez dijo...

Bienvenida, NTI.

Parecen bastante obvias las ventajas de la educacion formal frente a la "mamà que educa y aprende" , como vos explicàs.

Sin embargo, es notable como estas cosas prenden en algunos medios de comunicaciòn y seguramente en nosotros, los ciudadanos , los blogueros, los que compramos estas ideas tan reaccionarias porque nos resultan simpàticas. Faciles de entender y aparentemente cuestionadoras de un sistema con el que estamos - oscuramente - enfrentados.

En fin,paciencia.

Saludos.

Diego F. dijo...

NTI: Bueno verte de vuelta en la blogósfera. Sobre la educación "bancaria", aquella que se ejerce como una mera transferencia de datos del maestro al alumno y estos datos son acumulativos (digamos, educación enciclopédica) Paulo Freire escribió este interesante ensayo, te lo recomiendo mucho porque creo que es un enfoque muy soslayado e interesante, pegale una mirada a ver qué te parece.

Saludos!

Stella dijo...

En el profesorado tuve una docente de matemáticas que era una capa total, idola de generaciones enteras. La mina decia que el error educativo está en ir de un extremo a otro. To una educacion enciclopedista, se pasó a una en donde no hay que aprender nada de memoria. Cuando en realidad, el secreto está en la combinacion de ambas cosas. Enseñar a pensar, a razonar y después memorizar lo que haga falta. En mis años de docencia, y con mis hijos, me dió resultados muy buenos la fórmula.

Y la madre esa que no manda a su hija al colegio, es como la madre que no manda al hijo al medico y lo cura con yuyos!
Bien lo resumiste, una estupidez!!!

Me alegro que hayas vuelto!!
Besosssss

Rapote dijo...

No es bueno que no vaya al colegio, no.

Tampoco que la educación, y sus métodos, no se aggiornen.

Pero optando "de los males el menor", hay que mandar al pibe al colegio. No hay otra...

Saludos y... ¡Bienvenida!
Rapote

Anónimo dijo...

Los que opinan que la madre comete una estupidez es porque no estarán muchas horas en las escuelas. Soy docente y no tengo hijos, pero si lo tuviera, no me daria nada de ganas de que fuera a la escuela, se ven cada barbaridades pedagogicas y eticas que dan calambre. Solamente por la parte social es conveniente que el chico vaya a la escuela, NADA MAS QUE POR ESO. Por todo lo demás, la escuela de manera general idiotiza.

Victor dijo...

Hola NTI,
uy!...interesante el post, este tema da para largo. El punto es que esta señora retrasa unos 20 años. Debe ser de esas madres que tampoco vacunan a sus hijos ni le sacan los piojos.

Me pregunto, en principio, si no lo podría enseñar igual si lo mandara a una escuela. Aparte creo que es obligatorio. No?

Eso de "aprendizaje lineal" y demas es sanata insostenible. El que mas sabe le tiene que enseñar al que menos sabe, esto es asi. Y es lo que corresponde. Se sigue tratando de imponer la idea de que todo vale, de que no hay ninguna diferencia entre entre lo verdadero y lo falso, entre lo lindo y lo feo. Tratando de convencer que el alumno vale lo mismo que el maestro... Bueno, me fui por las ramas.

Saludos

Desirée dijo...

Entiendo a la madre, pero también entiendo que está privando a su hijo de muchas experiencias. Como decís vos: del raspón en la rodilla y de los recreos. Más allá de la acumulación de datos, aún cuando fuera inútil. Creo que hay que transitar la inutilidad también en esta vida. Me gustaría entrevistar al chico en diez años. Para ver qué pasó, digo, ¿no?

Claude dijo...

No sé qué decir, yo el home-schooling lo tuve igual aunque fuera a la escuela: mi mamá me tenía que explicar todo de nuevo porque yo no les entendía nada a las maestras.
En cuanto a los vínculos sociales, mis amigos eran los de la cuadra, los del río, los de las plazas, los de natación, los de canotaje, los de los juegos electrónicos (hoy serían los de los juegos on-line en los cybers), los de la cancha de fútbol en los colegios religiosos (mormones y católicos, que dejaban sus puertas abiertas abiertas a la tarde para que los chicos, de cualquier lugar, fueran a jugar) etc. Algunos de ellos iban también a la misma escuela que yo, pero a veces a mi curso, a veces al otro y a veces a otros grados, inferiores o superiores. Los chicos que sociabilizaban sólo con sus compañeros de clase me parecían gente de juguete.
Bah, en realidad lo que pasa es que siempre odié la escuela.

Claude dijo...

Ah, alcaro: pasa que mi mamá había sido maestra de escuela durante varios años y cuando yo iba a la primera ella enseñaba catequesis, así que la tenía bastante clara con los chicos.

Claude dijo...

Perdón, en el primer comentario quise poner "abiertas" una sola vez, y, en el segundo, quise poner "primaria".

Estrella dijo...

Es un mala solución para un problema que sí existe. La educación tiene muchas falencias, pero así y todo, se aprende a vivir, confrontar, pensar diferente al otro, etc.
También se pierde del entusiasmo que trasmiten a veces maestros apasionados, al mismo tiempo que se liberan de los terriblemente aburridos. Se puede apoyar la educación desde la casa.

Una alegria volver a leerte! Ahora que calentaste la máquina, ¡que no se detenga!

no tan iguales dijo...

Adi: es que, justamente, no me siento enfrentada con el sistema educativo. Sólo tengo algunas objeciones, que he planteado en el ámbito adecuado: la escuela. Muchos adultos cuestionan el sistema pero no participan de las reuniones de padres, que es el lugar propicio para formular quejas y realizar sugerencias. En mi caso particular, no me pierdo por nada ese contacto y ha sido una experiencia riquísima de la que he obtenido grandes resultados. Sé que es mi experiencia particular, pero estoy convencida de que si los padres y los profesores se comprometen en serio con su trabajo, se puede educra bastante bien con las herramientas que tenemos a mano: la escuela tradicional.

Diego: estuve mirándolo un poco, me gusta lo que dice sobre que la ética debe primar porque no siempre los principios pueden ser considerados absolutos. Es demasiado técnico, lo mío es más de opinóloga de cabotaje, pero voy a intentar terminarlo.

Stella: pienso lo mismo, ni muy muy ni tan tan (o sea, Estrella). A nadie le sirve aprenderse de memoria los nombres de todas las batallas de la Gran Guerra, pero con una o dos películas que les muestres, la curiosidad de los chicos se dispara sola y el debate también, lo cual es sumamente rico. Pero moderando el debate debe estar el docente como guía y también como transmisor de datos, por qué no. El ejemplo de curar con yuyos es excelente!

Rapote: claro. Y mientras espero que la escuela se aggiorne yo hice mi propio experimento: siempre consideré que de todo aprendés algo, así sea una novelita barata. Hasta ahora me viene saliendo bien.

Marion: no puedo estar de acuerdo. La escuela per se no puede idiotizar, es un contrasentido. reconozco que hay alumnos con pocas ganas (hay que ver qué infancia tuvieron, en la mayoría de los casos más que irritarme los compadezco) pero también hay docentes en esas condiciones y peores. Me imagino que es una cuestión de vocación.

Víctor: parece ser que la asistencia no es obligatoria, siempre que rindas los exámenes a fin de año. Pero es tal cual como vos decís: podés hacer las dos cosas, acompañar a tu hijo en su aprendizaje cuando está en casa. Yo lo intento desde hace 17 años, enseñando (¿contagiando?) mis propios métodos de curiosidad extrema e insaciable. Estoy más que conforme con los resultados, y ya casi puedo decirlo porque éste es el último año en que puedo acompañarla. Y es muy cierto: el alumno no puede estar en el mismo nivel que el maestro, salvo en lo que respecta a una cuestión de respeto por el otro.

Desirée: el chico habló un momento y me pareció, no sé, raro y pedante. Suena prejuicioso, lo sé. A mí también me gustaría verlo en diez años.

Claude: igual que vos, en mi infancia no todos mis amigos eran de la escuela. Pero eso pasa con mucha frecuencia en las ciudades chicas, no es tan sencillo en Buenos Aires. Yo soy una mamá hinchapelotas, que todo el tiempo la estuvo alentando a que averiguara un poquito más. Curiosamente, no nos odia, ni a mí ni a la escuela (al menos eso dice, jaja).

Estre: tener al menos un maestro apasionado compensa el tedio que nos proporcionan los demás. Y como tuve buenas experiencias, debo decir que mi balance fue positivo (y creo que el de mi hija, 20 años después, también).

Koba dijo...

Es un gran error el que comete esta madre, en la escuela no solo se aprende sino que se comienza a socializar. Me da pena el chico.

No hay duda que la escuela debe cambiar, sus métodos de enseñanza deben adaptarse a los adelantos, a los cambios que hoy sufren los chicos (tienen canales de dibujitos las 24 horas, cursan doble turno, estudian idiomas desde los 4 años, tienen fácil acceso a los videojuegos y a la internet) pero también disminuyó, y en algunos casos desapareció, el tiempo dedicado por los padres a controlar las tareas escolares de los chicos. Es que ahora es común que ambos padres trabajen, otro cambio importante que afecta los chicos.

El MeLLi dijo...

Creo que, tanto la acumulación de información como la capacidad de llevar adelante pensamientos abstractos y análisis críticos están vinculados.

Los datos, si uno no los aplica, no sirven para nada. Pero, a su vez, dificilmente uno pueda elaborar pensamientos interesantes sin datos en los cuales basarse.

Nicolás Lucca dijo...

Coincido en que es una estupidez. Si el colegio disponible es paupérrimo en nivel educativo, bueno, esta bien tener un apoyo en casa. Pero una cosa es un apoyo y otra es un reemplazo.

La escuela no solo enseña sino que tambien educa en sociedad, con la interacción del niño con sus pares, y entre todos ellos con los docentes.

El problema, quizás, pasa más que nada por la carencia de estos valores en la institución escolar.

Hoy por hoy, los chicos no tienen noción de respeto por la autoridad. No se trata de miedo, se trata de saber quién ocupa cada rol.

Pero bueno, así y todo, me quedo con la escuela.

Horacio dijo...

no soy entendido en la materia, pero me parece que la cagada es una de las cosas que decís al final, eso de hacer quilombo, el recreo, esas cosas, las que compartís en el colegio y no se puede hacer en la casa, no?

La herida de Paris dijo...

Creo que el principal problema es la inflación de la figura de los padres. Estos superpadres que creen que todo lo pueden son un peligro. Reemplazar la escuela, y luego tambien la familia, por que no. El modelo Xuxa, ni el padre (o la madre) hacen falta. Basta Uno y mucho "amor".
Pobres hijos, dejenlos respirar.
Saludos.

Mensajero dijo...

Yo, como Claude, soy de los que le desagradaba la escuela, y también mi socialización fue más importante en el barrio.
Es snob y medio egoísta pensar escuelas diferentes, pero en un punto, todas lo son. Con ese riesgo manifiesto que hay que atreverse a innovar en la escuela.
Se habla mucho del respeto a la infancia, por eso, la idea de "equiparar un adulto con un niño" no la puedo dejar abandonada a lo que dijeron, permiso:

" El respeto más difícil es el respeto intelectual porque supone reconocer que el chico es un interlocutor válido y yo adulto inteligente puedo dialogar con un pequeño que también es inteligente. Ese respeto intelectual es muy difícil en el ámbito escolar, en donde se tiende a perdurar la imagen clásica de la autoridad y la incapacidad del otro lado."
“Los chicos tienen la mala costumbre de no pedir permiso para empezar a aprender”, dice Emilia Ferreiro.

No es ni blanco, ni negro, hay un punto medio, una frontera indómita interesantísima de transitar.
No se trata de experimentos, hay experiencias probadísimas, puedo atestiguar al respecto, que permiten una logradísima interacción entre una educación primaria generosa y divertida y una educación secundaria muy exigente.
No es el modelo que elijo, pero para los que alguna vez tuvimos miedo de que nuestros hijos no se pudieran integrar a lo institucional realmente exigente de los altos estudios, fue un ejemplo.

Cada uno elige lo que puede, pero siempre es más placentero hacer lo que se quiere, que lo que se debe.

Perdón por la extensión.
Pero justo es uno de mis temas favoritos.
Saludos.

Pamela dijo...

Si,concuerdo con vos,me parece una estupidez,porque por un lado quizás le brinde una mejor educación,y hasta por ahí nomas,(porque todo el mundo sabe que los padres siempre ayudan en la tarea)y aparte de eso lo privan de tener amigos y todas las cosas que un colegio normal conlleva.Lo he visto en una serie de E.E.U.U(cambiemos esposas)y cuando la "esposa nueva"llegaba los mandaba a los chicos a la escuela normal y ellos estaban super contentos con tener amigos de su edad.Que se yo,pero es mi opinión,habrá gente que le parece bien,yo prefiero lo tradicional que esta mas que comprobado que anda bien.Saludos!!!

El Señor F. dijo...

Juraría que había posteado un comment acá....

pero se sabe que tengo un gremlin borra comments, jajaja

Notan, no te digo bienvenida de vuelta porque nunca de fuiste.

pero sí, tenés toda la razón. Ese nene va a terminar como Rainman, sin ninguna habilidad social, sin amiguitos con quien compartir la vida y aprender todas las cosas que un maestro no te puede enseñar, sin saber jugar a la pelota, ni a las cartas, sin haber cambiado una figuritas, ni nada. Está a un paso de Josepf Fritzl.

Me hace acordar a un cuento de Bradbury, "la caja de sorpresas", del libro "El país de octubre. si pueden, leanlo!

Ensucorcel dijo...

Chiquitito mi comentario: me encanta que te haya encantado lo de la foto en el blog de Stella. Te hubiera escrito un mailcito, pero no encntré ese dato en tu perfil y etc. Hoy estoy muy complicado, pero me voy a guardar algún tiempito para leerte, a vista de pajarón me gustó lo tuyo. Y que seas cua-cua (cuarentona), bien conservada, arrrrgentina es genial. Y como batiste "la escolaridad en casa me parece una estupidez", es espléndido, estoy repodrido de tantos tibios políticamente correctos eufemísticos cagones. En la vida hay que jugarse algunas veces. Viva tu claridad de ideas. Vivan tus ovarios.

So dijo...

NO PODES PONER ESTE POST JUSTO AHORA!!!!!!!

Noooooo!!!!


Para entender bien mi protesta podés pasar por mi blog jaja.
Pero te adelanto... estoy buscando escuela para el proximo año para mi hija ufffffffffffffff... estoy cansada!

Besos

Anónimo dijo...

Es muy interesante el tema. Hace unos días encontré un artículo al respecto en una publicación local que encontré en la biblioteca del barrio [en Queens]. Lo que lamento es que perdí el periódico cuando apenas había empezado a leerlo. Sin embargo, me llamó la atención el enfoque: que una madre negra no enviaba a sus hijos a la escuela, sino que los "educaba" en su casa, una práctica extendida entre los blancos, pero no entre los negros.

Saludos.

Ni buena ni mala... dijo...

La omnipotencia de algunos padres/madres no tiene desperdicios. que lo pario.

Desirée dijo...

No tan, te invito a responder una encuesta de una sola pregunta en mi blog. Es parte de un experimento para averiguar de qué se trata "la mayoría" y "la gente".

Dalma dijo...

PIENSO EXACTAMENTE IGUAL

que pelotudez por dios y encima muchas de esas mujeres ni son maestras ni nada que se le parezca, no da

Hay que mandar a los hijos a la escuela, por lo menos para tener unas horas libres y poder ir a la peluqueria aunque sea :P

Fabián Aimar (faBio) dijo...

Hola
pasaba a saludarte, y a decirte que te pases por mi blog a recoger algo para ti
un beso
saludos
faBio

unServidor dijo...

Y si el hijo decide ser futbolista... ¿sabrá que cuando sea padre tendrá que mandar sus hijos a la escuela?

"Jamás se me hubiera ocurrido que fuera mejor para nadie evitar la escuela en lugar de tratar de mejorarla" (NTI, grosa contemporánea)

Yo mando mis hijas a escuela pública, y participamos en ella pese a que el nuevo gobierno de mi ciudad desconfía de las cooperadoras (¿le sonará a cooperativismo socialista?). Y la basura que a veces puedan traen del colegio se compensa en casa, donde siguen aprendiendo -sin darse cuenta- cosas de valor para las que no planeo ningún examen.
Será que en casa a todos nos gusta nutrirnos al alma.

Guerrillero Culinario dijo...

Habría que ver a que escuela iban a mandar a su hijo.

También hay que evaluar que capacidad tiene el niño.

No enviarlo puede estar mal, pero muchas de las cosas las hacemos porque las costumbres nos indican eso, y está demostrado que tenemos constumbres muy nefastas.

Cada vez que intento ser lo más diferente a un ciudadano estoy más cerca del bienestar y me llevo mejor con los demás.

Trocamundos dijo...

Completamente de acuerdo.

La educación formal es una mierda, pero la instancia socializante no se puede reemplazar en la educación domiciliaria, sin dudas.

Besos.